Ante un panorama tan caótico como este, producido por la avaricia y la especulación de diversas personas de relevancia, carentes de escrúpulos y ajenos al sufrimiento de los demás, el mundo del arte también sufre sus consecuencias. Por "suerte" en España no demasiado, pues seguimos inmersos, como siempre, en la prehistoria, ya que como sabemos, tanto el artista español como el científico, el ingeniero o el médico, históricamente han tenido que salir de nuestras fronteras para ganarse la vida y obtener el reconocimiento debido. Por ello, una vez más, serán otros países los que gocen de nuestra creatividad, de nuestro esfuerzo, de nuestra preparación y de nuestro trabajo, tras habernos hipotecado durante años en un espejismo que nunca llegó a ser, y tengamos que partir. Por contra, crisis como esta, nos sirven de revulsivo para crear e investigar más. No nos queda otra.
Ya hemos visto que los economistas, los banqueros, los políticos, no han dado la talla para solucionar un problema generado por ellos. No saben. Sólo han funcionado bien -se han forrado hasta lo innombrable-cuando aparentemente no había problemas. Hasta que han arañado al límite, como cuando se explota una mina de oro a tope y se acaba totalmente con sus recursos. Y así el globo ha reventado - o tal vez la burbuja, que es más débil-.Mejor que se vayan, y si se llevan su capital fuera, mejor -es con lo que continuamente nos amenazan-, aunque creo que el mismo ya está hace mucho fuera de nuestras fronteras. Así dejarán a los que quedemos en paz para trabajar en intentar salir de esta desquiciante crisis.
O que se les expropie lo que han robado, y se les meta en la cárcel. Seguro que ya no tendriamos que pedir el rescate, que ya veo inminente.
"La Rueda de la Vida (II)", de Antonio Valle